Todo estaba en cajas para comenzar la tarea de organizar con calma, los chicos marcaron cada una lo cual haría la tarea menos difícil.
-Bien abuela, todo esta aquí, esta noche nos quedaremos, mañana te ayudaremos a organizar, Martin… te pintará el jardín… yo me ocuparé de la cocina, mamá me dio varias ideas, abuela Kat vendrá temprano para darte una mano-.
Martin colocaba las ultimas cajas en el estudio.
-Marla me encanta tu nueva casa, deseo que seas muy feliz aquí, es acogedora, grande pero no tan inmensa, pequeña pero no estrecha…buena elección-.
-Entonces es mejor decir…perfecta-. Dijo Ciara.
-No existen casas perfectas, mira la nuestra, yo le haría algunos cambios, por ejemplo, me encantaría un balcón en mi habitación para escapar de noche por él-. Martin miraba a Ciara, mientras le lanzaba pelotas de papel.
-O para llegar en la madrugada sin que nadie se dé cuenta-. Ciara esquivaba las bolas de papel.
-Mejor imposible hermana, lo acabas de expresar de una manera clara-.
- ¿Y tu