Capítulo 8. Némesis seductores 
[ CHRISTIN]
—¡Vamos, Christian! — lo tomé del brazo y se soltó con brusquedad. — ¡No me puedes ignorar toda la vida!
—De hecho sí. — Miro a la castaña que va en la parte trasera del auto, por el espejo derecho del auto. — lo siento es que, si es posible, mis padres me han ignorado toda la vida. — miró para ambos lados y luego levantó sus manos sobre su pecho. — lo siento, yo solo decía que sí era posible.
Gracias, Susan. ¡En serio!
—Escucha, sí es lo que imaginas, tuve algo que ver con ese sujeto, pero te juro, te juro, que no sabía que él y Cindy eran algo.
— ¡Iban a la misma universidad! — habló por fin, o más bien gritó. — ¡Hacían las tareas en casa, juntos, se encargaban en su habitación! ¡¿Y nunca lo imaginaste?!.
—¡Estaba enamorada! ¿de acuerdo? — detiene el auto y se parquea a la orilla de la calle. — ¿Qué haces? Mis padres se darán cuenta de que paraste.
—Les diré que atendía una llamada. Todo el mundo sabe que es malo utilizar el móvil y manejar al mismo tiempo.
Su semblante