Narrado por Kiara Hneidi:

El aroma del incienso flota en el aire mientras que yo me siento fuera de sí misma. La mezquita está llena. Hombres a un lado, mujeres al otro. Los techos altos, los ventanales con cristales opacos, la alfombra color oliva que recorre el suelo desde la entrada hasta el área de oración. Todo parece tan solemne, tan perfecto… Tan ajeno a lo que yo siento por dentro.

La ceremonia es breve porque el Nikkah ya fue firmado. Solo resta el reconocimiento social, la bendición pública, la entrega simbólica. Nadie lo dice en voz alta, pero todos entienden que este momento confirma que ahora soy esposa. Soy la esposa no deseada de Mariano Hans.

O bueno… Ante una gran multitud soy esa esposa. Para mi familia directa, aun no soy la esposa de Mariano Hans. Porque quieren más.

Falta el sexo.

Falta el dolor.

Falta el vacío.

Respiro hondo, intentando ignorar cómo mis manos sudan debajo de los guantes de encaje. Me han vestido de blanco, como dicta la tradición. Mi madre ha a