La media hora siguiente se convirtió en una discusión y Oli me convenció para que respondiera y hablara con Nikita. Durante ese tiempo, terminamos el coñac y me di cuenta de que había sido un error, ya que se me trababa la lengua.
Media hora después de nuestra discusión con Oli, Nikita volvió a enviarme un mensaje.«Sal».«¡No entiendo!», expresé mis pensamientos y fruncí el ceño.«¿Qué?Espera...«¿A dónde?«A la calle, o subiré y llamaré a todas las puertas hasta que salgas».Me levanté bruscamente, la cabeza me daba vueltas y, tambaleándome, me acerqué a la ventana. Vi una camioneta blanca y a Nikita, que estaba junto al vehículo, escribiendo algo, y luego recibí otro mensaje de texto.«Si no llegas en cinco minutos, har&eacu