—¿Qué dices, Sue? ¿Cooperaras conmigo para recuperar a nuestra bebé?
Acercó su boca a mi oreja, su aliento me cosquilleó y puso mis nervios de punta.
—No podría hacer eso... nunca —le respondí a media voz, temblando solo de imaginarlo.
Cris me quitó pacientemente algunos mechones de cabello de la cara, estaban empapados en sudor. Él había apagado el aire acondicionado y el almacen era un infierno caliente.
—¿No es mejor plan tener a Emily con nosotros y criarla juntos? ¿No es una mejor idea a vivir lejos de ella para siempre? Ella sin su madre y tú sin esa hija que tanto amas...
Mis parpados se cerrarón, lloré en silencio, con el corazón hecho pedazos por la cruel elección que él me obligaba a hacer. ¿Podría engañar a Jonathan para que me entregará a nuestra bebé? ¿Cómo podría arrebatarle a esa hija que tanto adoraba?
Al verme devastada, Cris me dio un agresivo beso en la mejilla y recogió mi cena intacta.
—Piensalo y dime qué harás, Sue. Estoy seguro de que elegiras bien, ambos sabe