Capítulo 49. Estamos en casa
La espera nunca fue tan desesperante. Las setenta y dos horas que el médico indicó para monitorear a Penélope estaban siendo eternas. Las agujas del reloj parecían no avanzar, como si se hubieran congelado.
—Creo que lo mejor será tomar turnos. No puedes quedarte pegado a la silla y sin dormir tanto tiempo —sugirió Apolo, sentándose junto a Theo.
Él apartó las manos de su rostro y levantó la cabeza para encontrarse con la mirada preocupada de su amigo.
—Lleva a Callista a casa, esto no le hace ningún bien ni a ella ni al bebé que espera. Tenemos que evitar más tragedias —dijo Theo.
Apolo suspiró.
—Será difícil convencerla —admitió, viendo a Callista.
Ella tenía los ojos cerrados, pero no dormía. La cabeza recargada a la pared y su mano firme sobre su vientre, pero Theo tenía razón, si no se cuidaba, el bebé podía correr peligro debido a la edad de Callista. Hasta ese momento, Apolo no fue consciente de los peligros que un embarazo podía traer para una mujer de su edad. Él no tenía nin