2. El paciente

POV Eva**

Esa noche pude dormir perfectamente. El frío era abrumador, pero pude ponerme calentita después de un poco de placer por la madrugada.

Mi uniforme estaba limpio, planchando. Era totalmente blanco,todo,incluyendo los zapatos. Nos habían informado que teníamos que bajar a las siete.

Salí de mi habitación, me metí al elevador. Ahí pude ver mi reflejo, y mis mejillas ya se encontraban rojas por el frío que estaba haciendo. El sol no estaba, había nubosidad y mucho viento.

Al salir del elevador unos momentos después, ya estábamos todos en el lobby. O recepción.

- ¡Buen y bendito día tenemos hoy! -exclamó nuestro supervisor

- Nunca habíamos tenido un supervisor con tan buen humor -le susurré a las chicas.

- Mencionaré sus nombres y quiero que me digan sus elecciones -explica

- Irina Hudson

- Elvia Gómez y María Torres -dice Irina sin titubear

- Buena elección -Dice Cristopher mientras anota- Jason Magnus

- Eloisa Gómez y Esteban Baen -responde Jason

- Las hermanas Gómez son muy buena elección -anota- Erik Wester

- La última Gómez y Harry Black -sonríe

- Las hermanas Gómez estarán felices -anota- Naomi James

- Michaelis Cross y Karina Jackson

- Qué turbio -responde Cristopher- Pero buena elección, Eva Stone

Sabía que Naomi escogería lo mismo que yo, así que resignada, mi respuesta era obvia.

- Michael Cross y Jefferson Guido -respondo

- Los hermanos Cross fueron elegidos -bromea- Buena elección, Eva. Mm quien sigue, Gabriel Deaan

Los faltantes elijen y Cristopher anota las respuestas.

- Ahora vamos a dar un paseo dentro de los edificios. Primero vamos al más cercano. Explicaré donde están sus pacientes, donde podrán tener una charla de entrenamiento con ellos.

- Sabía que ibas a elegir a unos de los dos Cross -me dice Naomi mientras caminamos

- Supongo que era obvio -le resto importancia

- Me parece mejor opción las hermanas Gómez, hay varios de sus crímenes en Internet -se nos une Irina

Caminamos por el pasillo de cemento, cada vez es más cercano ese edificio con miles de vigilantes armados.

- La decisión ya fue tomada, no sigamos con esto -dicta hacia Irina y Naomi.

- Las hermanas Gómez se encuentran en el primer piso -nos dice con la voz media baja. Al entrar, caminamos con varios vigías atrás. Y en una sala de estar hay tres bellas mujeres.

- No me arrepiento de mi decisión -susurra Jason

- Medicate, loco -respondo divertida

Jason me guiña el ojo. Son tres mujeres, jóvenes. Las tres tiene el pelo castaños, y ojos verdes. Son hermosas, peligrosas.

Ninguna nos mira, siguen jugando con un viejo juego de mesa.

- Sigamos -nos dice Cristopher- En el segundo piso se encuentra los pacientes de Gabriel, Elías y Bernard.

Al igual que el piso anterior, estaban los tres hombres en una pequeña sala de estar. Ninguno hablaba con él otro.

- Me duelen mis pies -susurra Irina

Y la entendía. Habíamos estado subiendo por las escaleras, haciendo paradas con explicación de cada piso. Ya faltaban dos pisos, solo dos personas más.

- Detrás de esta puerta se encuentra nuestro primer caso de aislamiento total. El paciente Michaelis Cross -nos dice- Por aquí verán

No lo seguí escuchando, me acerqué a aquel vidrio. Y pude ver a esa criatura. Era un hombre con pelo castaño, casi rubio. Sus ojos negros, muy atractivo. Podía entender lo peligroso que era, nadie puede imaginarse que detrás de ese rostro hay un asesino serial.

Subimos después de unos minutos al último piso. Donde había aún más guardián que los anteriores pisos. Y al igual que su hermano, está encerrado.

- Aquí tenemos a Michael Cross.

Me acerqué a aquel vidrio. Y los observé. Es totalmente diferente a Michaelis, su pelo negro, su mirada. Su mirada presentaba una heterocromia parcial.

-A ti tampoco te fue mal -se burló Jason

-Yo te dije que estaba loca -respondí y un golpe nos hizo a todos retroceder

Michael había golpeado el vidrio donde estábamos. Se quedó observando, como si pudiera vernos.

-¿Puede escucharnos? -le pregunté a Cristopher.

- Si -suspira- Bueno aún falta recorrer los otros edificios, así que vamos por ello.

Comienzan a caminar, para ahora sí bajar por el elevador. Hay tres de ellos. Yo no me muevo, me quedó allí. Observando a ese ser atractivamente peligroso.

- Se te acabó tu jueguito, Michael -susurré con una media sonrisa.

Caminé al último elevador, y subí.

El resto del día estuvimos caminando por todos los edificios restantes. Era menos agresivo todo, el ambiente más alegre, bueno, sigue siendo un hospital Psiquiátrico, no es que todos estén felices.

- Mañana empezamos con las prácticas oficialmente. Así que vayan a descansar hoy.

- Me cae bien, pero ya quería que se fuera. Me duele todo. -Dice Irina, Naomi asiente.

- A mi también, me iré a descansar para mañana -se despide Naomi

- Te acompañó, debo acostarme urgentemente -Apoya Irina

- Nos vemos mañana, niñas -me despido

Naomi e Irina caminan, se van. Me quedo en la entrada. Después de un rato, decido que será mejor que me duerma o algo, porque me duelen demasiado mis pies también.

- Hey Hey Hey -Jason me toma de la mano

- ¿Qué sucede, querido Jason? -Finjo estar de buen humor.

- Te quiero -me susurra

Sabía lo que significaban aquellas palabras. Sabía que no era el enfoque romántico, sabía que no.

- Follar -añade acercándose a mi.

- Sígueme

Jason me sigue en silencio. Jason y yo, tenemos una larga historia. Es el típico mujeriego de cualquier universidad, jugué con el, ahora no es más que un buen polvo. Sé que el me quiere, pero no lo suficiente, como yo quisiera.

A mi, solo me va a tener la persona que me quiera por completo y esté dispuesto a todo.

Salimos del elevador, caminamos por el pasillo. Al abrir la puerta, todo ocurre demasiado rápido...

- Te tengo tantas ganas, Eva -dice Jason, para después darme un feroz beso

Me subo sobre el, mientras camina al sofá. Sus manos sostienen fuertemente mi trasero, lo estruja y me gusta.

- Eres tan...

Mis manos viajan a su pantalón. Donde se encuentra sus duro miembro tan duro, que mis pesones endurecen más.

Me quita mi uniforme con sutileza, como siempre.

Quedamos desnudos y con respiración entre cortada. Se acerca a mi, y sé lo que su mirada me dice. Quedando yo sentada, y el de pie, me mira fijamente.

Me suelta una fuerte cachetada, haciendo que mi cabeza se mueva, la mezcla que tanto me gusta empieza.

Dolor y placer. Que empiece el juego.

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