La respuesta a mi pregunta definiría más que nuestra relación; definiría nuestro futuro juntos como una manada, como almas unidas en la lucha contra los secretos que el destino aún ocultaba.
—Te lo prometo, mi Luna —dijo, con un juramento grabado en piedra—. Jacking y yo, tu Alfa, jamás volveremos a dudar de ti, mi Luna. ¡Gracias, mi Luna, muchas gracias por perdonarnos!A pesar del dolor y de la tormenta, algo en sus palabras encendió una chispa de esperanza en mi interior. Por primera vez, sentí que el vínculo entre nosotros se fortalecía, no por la magia que nos unía, sino por un entendimiento más profundo y humano.—¡A ti te perdono, mi lobo! —dije, rascando detrás de su oreja—. Deja salir a tu humano asustado para calmarlo. Lo estoy sintiendo.—Sí, mi Luna. Te amo, mi Luna. Gracias, mi Luna.Antes de res