Netfis estaba muy nerviosa. Solo faltaban unas horas para su boda, y sus amigos seguían sin llegar. Trataba de mantenerse tranquila, pero le resultaba un poco difícil. Quería que ellos la acompañaran en el día más importante de su vida. Por fin llegó Bennu.
— Amor, ¿ya llegaron? —preguntó una vez más. —Sí, cariño, se están arreglando en el hotel. Jacking los traerá a tiempo —respondió Bennu con voz calmada. — ¿Por qué no vinieron ahora? —insistió Netfis. — Amor, cálmate. Están muy cansados del largo viaje. Se arreglarán en el hotel y llegarán a tiempo. Vete a arreglarte ahora —le sugirió Bennu con el mismo tono de voz. — ¿Seguro que no me estás engañando, Bennu? ¡Fíjate que, si lo haces, soy capaz de rechazarte! —lo amenazó en broma. — Había escuchado que las novias siempre se ponen histéricas, y no podía creerlo. Hasta ahora que te veo —dijo sonriendo. — No te burles, cariño, que te puedes quedar sin dulce esta noche —lo amenazó con segunda intenc