275. ENFRENTANDO EL MIEDO
ISIS:
Me detengo al escuchar su gruesa voz, que me estremece y me hace retroceder asustada, pero Ast casi toma el control y logra que me detenga. Retrocedo hasta sentarme en la cama.
—Mi Alfa, acércate, por favor —logro decir.
—¿Seguro quieres que me acerque, mi Luna? —pregunta sin moverse de su lugar.
—Deja que te mire de cerca —le pido, intentando sonreír. —¿Me amas, mi Alfa?
—¡Con todo mi corazón, mi Luna! —responde enseguida.
Su voz suena tan potente que me asusta y, sin poder contenerme, retrocedo nuevamente. El miedo regresa de nuevo sin que pueda evitarlo.
—Mi Alfa, no te muevas, por favor —lo detengo al ver que camina hacia mí.
Puedo ver cómo su rostro se entristece a pesar de sus facciones convertidas en un feroz Alfa Supremo. En su mirada se refleja la pregunta de por qué lo detengo.
—Cierra los ojos, mi Alfa —le pido para no ver la tristeza en ellos.
—¡Ast, no voy a poder! ¡Tengo miedo! —le digo a mi loba, que me ayuda a mantenerme en mi lugar, tomando un