242. ENCUENTRO DE ANTONIETA Y AMET
ANTONI:
Convertida en Urbi, he corrido hacia el lago ansiosa, sintiendo todas las esencias de mi lobo. Salto de alegría al ver a mi lobo Ammyt esperándome, y hacemos el rodeo de reconocimiento. En ese momento brillo como el sol.
Ammyt está feliz de al fin poder conocerme, realmente soy fascinante para él. Pero sus humanos están muy impacientes y les quitan el control. Nos convertimos en humanos y nos fundimos en un abrazo. Amet me sostiene y desaparece conmigo hasta su casa.
— ¡Eres preciosa, mi Antoni, como humana y como loba! —dice Amet emocionado. —¡Y eres mía, solo mía!
— ¡Tuya, solo tuya! —respondo y lo reclamo—. ¡Tú eres mío, solo mío! ¡Cielos, qué alegría, eres mío solo mío! ¡Es cierto que soy tu mitad, Amet, lo soy! ¡No lo puedo creer, soy tu mitad, soy tu mitad! —grito alborozada alrededor de Amet, brillando como el sol.
— ¿Por qué dices eso, linda? Ya te había dicho que era tu mitad. Nunca te engañaría, amor —repite sonriente—. ¡Eres mía, solo mía!
Me detengo frente a él