Mundo ficciónIniciar sesiónHORACIO:
Sigo a mi suegro a su despacho, el cual cierra en cuanto entramos. Luego me manda a sentar y me mira con preocupación. No quiero engañarlo; necesito contar con él para todo lo relacionado con Julieta.
—¿De qué se trata, Horacio? —preguntó al ver que no decía nada—. Por tu expresión, veo que es algo serio.—Juli me está exigiendo que la marque hoy —dije sin preámbulos.—¿¡Qué!? —exclamó, como el buen padre que es—. No puedes hacer eso; espera hasta mañana.—Mi suegro, quería hacer eso, pero traté de persuadirla. Ella dice que la única manera de sentirse segura es esa —expliqué con calma.Mi suegro se pasó la mano por el rostro, intentando ordenar sus pensamientos, manteniéndose en silencio por unos segundos que se sintieron eternos. La luz d






