Mundo ficciónIniciar sesiónISIS:
El grito salió de mi pecho; no lo pude impedir. Jacking se había ido después de mi estúpido rechazo. Las lágrimas asomaron a mis ojos sin que pudiera contenerlas. Antonieta apretó mi brazo mientras la nana fruncía el ceño.
—Cálmate, Isis —susurró Antonieta a mi lado. Luego miró a la nana—. Muchas gracias, nana. Si por casualidad lo ve o habla con él, dígale que mi hermana no quería decir lo que dijo, y que lo va a esperar toda la vida.La nana ladeó la cabeza, claramente confundida y algo molesta. Dio un paso hacia nosotras, apoyando una mano en su cadera.—¿Qué quiere decir con eso, niña? —preguntó al verme tan triste.—Él va a entender —contestó Antonieta.—Tengo entendido que este sábado se convierten en lobas —dijo de pronto la nana. Amb






