Después de que todos los chicos nos trajeron en sus motocicletas, respiro aliviada porque llegamos al mismo tiempo a nuestra casa. Al entrar, veo que papá nos está esperando. Me asusto, pensando que mi hermano Alexis le dijo todo lo sucedido en la escuela. Es la primera vez que estamos en esta situación; era mi responsabilidad cuidar de todos por ser la hermana mayor.

—Puedo explicarlo, papá —me adelanto a decir.

—¿Qué cosa, hija? —pregunta papá y me doy cuenta de que no está enojado, así que guardo silencio y espero que siga hablando—. Las estaba esperando porque quiero que me acompañen a buscar una flor en la montaña sur.

—¿La montaña sur? —pregunto intrigada.

—Sí, hay que escalar un poco —comienza a explicar, y es cuando noto que mira un folleto en su mano—. Pero Alex está haciendo algo con Teka y no puede acompañarme. Entonces pensé que hace tiempo no vamos a ninguna excursión juntas. ¿Qué me dicen?

—Pero, papá, hoy es lunes y mañana tenemos clases —le recuerdo, porque sé que él o