67. ¿QUÉ CASTIGO TE MERECES?
BLAIR
Joder, ¿me había seguido?
“Amy, ¿por qué no me avisaste?”
“¿Y estropear la diversión?” Casi la maldigo enojada.
—Alfa Maddox, esta no es su manada y ya le dije a esta mujer…
—Srta. Morgan, llámala así o me va a importar una mierd4 pasar la línea roja y romperte los dientes —la advertencia de Rhett vino acompañada de un gruñido.
Varios guerreros salieron de la caseta con los músculos tensos.
Rhett era muy poderoso, un Alfa en la cúspide, y eso que ellos no conocían su mayor secreto como vampiro.
Me giré para verlo acercarse, ¡casi en pelotas!
Luché por no comerme con ojos codiciosos ese pecho musculoso que se iba afinando en un abdomen duro y terminaba en una V.
Ese caminito de pelitos rubios bajo su ombligo que se perdía en la cubierta de cuero colocada con descuido sobre sus caderas, me tentaba a pasarle la lengua hasta llegar al premio mayor.
“Contrólate, Blair”, resoplé molesta por lo caliente que siempre me ponía este hombre y sin esfuerzo alguno.
—Le decía a la Srta. Morgan