51. UN ENEMIGO DEL VIEJO MUNDO
BLAIR
Cerré los ojos y la dejé tomar el control, sintiendo de nuevo esa energía oscura recorrerme de pies a cabeza.
Mi cuerpo comenzó a temblar arrojado en el suelo.
El ardor en mi piel, los cambios en cada célula…
Las sogas de mis manos se desataron como por arte de magia y comenzaron a arrastrarse por el suelo de madera, cambiando a un tono negro, semejantes a serpientes venenosas.
Me vi poniéndome de pie lentamente.
Las heridas se cerraban a una velocidad visible.
Mis pupilas se estrechaban, viendo el mundo nocturno como si fuese pleno día, y mis sentidos se afilaban como un arma lista para la lucha.
Amy controlaba mi cuerpo y movía las articulaciones con calma, con premeditación, viéndolos subir ya las escaleras.
Se agachó y recogió una de las sogas, estirándola entre los puños cerrados mientras los cazaba como una psicópata.
Para cuando sintieron el peligro… ya era muy tarde.
Se le abalanzó a la espalda y enredó la soga en el cuello del grandulón.
Con pasos inestables casi cayó d