46. MOMENTOS ROBADOS
RHETT
“Ssshh, más, nena… chúpame más… sí, sí, así, bebé, abre más la boquita… Mnn… joder, tan bueno…”
Mi lobo se volvió loco de la lujuria por su hembra.
Yo no estaba mucho mejor y las succiones de la boca de Blair no me lo estaban poniendo muy fácil.
Subí la cabeza al techo y cerré los ojos, siseando en éxtasis, luchando por no empujar las caderas y ahogarla con mi polla tiesa.
Las gruesas venas palpitaban, bombeando la sangre que me recorría como lava ardiendo.
“Gglpp”
Ese sonido lascivo me estremecía los oídos y elevaba mi libido.
—Sshh, nena… mnnnn…
Enredo los dedos en su cabello y tiro un poco de él, la empujo a tomarme más rápido.
Miro hacia abajo para verla moverse vigorosa, trabajando esos suaves labios sobre mi miembro brilloso.
La saliva se desborda y los tirones de esa boca pecaminosa me están llevando a la gloria.
Todo con Blair es perfecto.
Puede convertir una mamada en lo más excitante del mundo, solo porque es ella quien me toca, quien me besa y