45. CREO... QUE ESTOY ENFERMITA
BLAIR
La voz del ama de llaves de repente flotó desde la cocina, quería saludarla y a la bebé, pero Cassidy me arrastró escaleras arriba.
El pasillo estaba desierto y era un laberinto de puertas cerradas.
—Cassidy, el baño no queda por ahí… —la detuve al ver que se dirigía a una puerta del fondo.
Más o menos hice memoria de mi corta estancia aquí.
—Sshhh, no tengo tiempo, escúchame bien, Blair, confía en mí —me agarró de los hombros con una fuerza descontrolada.
Cada vez que ponía esa mirada, íbamos directo a problemas.
—Tengo que encontrar algo en esta casa, voy a entrar ahora al despacho del Alfa. Quédate de guardia y me avisas, ¡nadie puede descubrirme o nos expulsarán del valle!
Masculló entre dientes mirando hacia el pasillo con nerviosismo.
—Cassidy… —dudé solo un segundo sin saber en qué nos metíamos.
—Blair, mi hermano te apoyó a cambio de esto, tengo que hacerlo.
—Está bien, ve, ve… —la empujé sintiendo mi corazón latir como caballo al galope.
Entró al despacho de Rhett y yo