CAPÍTULO 149 — La cabaña donde regresan los recuerdos
Isabella era una mujer de palabra. Si decía que haría algo, lo hacía. Por eso, aunque su vida parecía ahora una cuerda tensa a punto de romperse, cumplió lo que le había prometido a Alejandro: aceptó tener una cita con él. Una última oportunidad para aclarar la situación, para ser justa, para cerrar un ciclo que —por más doloroso que fuera admitirlo— aún tenía hilos sueltos.
Jamás imaginó que Alejandro la llevaría precisamente allí. En la misma cabaña en la playa donde, muchos años atrás, él se arrodilló frente a ella con la mirada llena de esperanza y le propuso matrimonio. El lugar donde su historia había comenzado.
Alejandro lo había planeado todo meticulosamente. No había dejado detalles al azar. En su mente, ese era el sitio perfecto para llevarla a pasar el día; el sitio donde él había recordado un amor perdido, donde había decidido luchar de nuevo, donde —para él— todo había empezado una vez más. Y lo más curioso era que cas