Desperté viendo que todo estaba oscuro escuchando solamente voces como si estuvieran a kilómetros de mi, teniendo un fuerte dolor de cabeza y sin poder terminar de abrir los ojos. Como pude me levanté de la cama fijándome que estaba completamente desnuda pero sin que me llegara a acordar de nada de lo que había pasado. Entre en el cuarto de baño, me lave la cara y me puse agua fría por el cuello, rezando que se pasara los mareos que tenía, una vez que volví al dormitorio, me puse el pijama y una bata por encima, saliendo del cuarto hacia las escaleras para ir a la cocina ya que tenía mucha sed, escuchando a mi hija gritar detrás de mí, mientras se echaba en mis brazos
— Mami ¿ya estás bien? papa me ha dicho que estabas malita — me dijo mi hija
— ¿Cómo te encuentras?¿ya has dormido la borrachera que tenías? — preguntó Cristofer riendo
— Callate y luego me cuentas, ahora quiero algo para el dolor de cabeza, ya me explicaras que paso, perdona — le dije para ir corriendo al cuarto de baño,