Nia fue de compras para sacarse el mal gusto de la boca, pero no fue sola, sino que llevó a Emma con ella.
Los enfermeros claro que sospecharon de ver a Emma vestirse como si nada poniéndose un carísimo vestido ceñido, peinándose y saliendo como si nada, pero los enfermeros daban igual, al único que importaba engañar era a Noah, aunque últimamente su querido hermanito le estaba poniendo muy difícil la tarea d e engañarlo a su antojo.
Emma salió del probador de la primera tienda de lujo a la que visitaron.
Nia observó como Emma emergió del lujoso probador con un vestido que parecía diseñado específicamente para realzar su cuerpo esbelto y elegante. El vestido era una obra maestra de la moda, confeccionado en un suave y sedoso satén de un tono azul marino profundo que contrastaba de manera deslumbrante con su tez pálida y sus cabellos castaños perfectamente peinados.
El escote en V profundo del vestido revelaba sutilmente su escote, añadiendo un toque de sensualidad discreta. El