Blanca lloraba tan fuerte que pronto la oyó Tadeo en la habitación de al lado.
Se levantó y fue a la habitación de Blanca, la vio sentada en la cama llorando, encendió la luz y se acercó a la cama y se sentó.
—Blanca, ¿qué te pasa? ¿Tienes una pesadilla?
Blanca le miró con los ojos llenos de lágrimas, —Papá, ¿dónde está mi madre? ¿No me quiere?
Aunque Tadeo odiaba a Matilda, al ver a su hija tan triste, le dijo: —No, tu mamá está enferma, ahora está en el hospital, por eso no volvió, volverá cuando se recupere.
—¿De verdad?
—Sí, si no me crees, mañana te llevo a verla.
Blanca se secó las lágrimas y asintió con la cabeza.
Aunque su madre no la quería, se entristeció cuando se enteró de que estaba enferma.
—Ya, vete a la cama, y mañana por la mañana después de desayunar haré que el mayordomo te lleve al hospital a verla.
—Sí.
Después de consolar a Blanca hasta que durmió, Tadeo salió de su habitación.
Cuando volvió a su habitación, no podía dormir.
Con la situación en la que se encontrab