Leonardo se puso extremadamente serio y condujo hasta la familia Santos.
El mayordomo le vio y se sorprendió: —Leo, ¿vienes a ver al señor? Últimamente no se encuentra bien y te echa mucho de menos, pero no nos deja decírtelo...
Antes de que pudiera terminar la frase, Leonardo le interrumpió.
—¿Dónde está?
Leonardo no aceptó llamar a Ernesto padre porque pensaba que Ernesto nunca lo había criado y no merecía ser su padre.
—El señor está en el estudio...
—Bien.
Leonardo fue directo al estudio, Ernesto estaba leyendo el documento y frunció el ceño cuando lo vio entrar sin tocar la puerta.
—¿Qué haces? ¡Ineducado!
Leonardo no se anduvo con chiquitas y fue directo al grano: —¡Dame la clave secreta!
—¿Para qué quieres la clave secreta?
—Mi abuela fue secuestrada por Tadeo y me ha dicho que si quiero salvarla, tengo que darle la clave secreta.
Ernesto se puso muy serio y dijo con voz fría: —¡No, la clave secreta es muy importante y no debe caer en manos de los desconocidos!
—¡Dame la clave s