Natalie se puso gélida, -Hemos roto, y el hecho de que estés delante de mi chalet cada noche me hace sentir incómoda.
Leonardo se quedó helado, -¿Cómo lo sabías?
-El guardia de seguridad me dijo. ¿Puedes irte ya?
Leonardo la miró fijamente a los ojos y le dijo: -¿De verdad te gusta Fausto?
-¿Qué tiene que ver contigo? -Natalie le miró con frialdad e impaciencia.
-Estoy con otra mujer en público a propósito, porque quiero llamar tu atención, pero a ti no te importa. ¡Natalie, puedes odiarme, pero yo no puedo aceptar que ignores todo lo mío!
Tras decir eso, agarró la barbilla de Natalie y la besó.
-Ey...
Natalie intentaba forcejear pero no podía escapar mientras él la sujetaba contra la puerta.
Estaba tan enfadada que quería morder a Leonardo, sin embargo, como si él ya supiera lo que estaba pensando, la soltó de repente de los labios y le dijo con la frente apoyada en ella: -Natalie, sé que no es verdad que estés con Fausto, y llevas tanto tiempo enfadada, es hora de...
Antes de que pud