Natalie frunció los labios y dijo con indiferencia, —Hemos roto.
Bryan se sonrojó, —Lo siento, no sabía....
De repente, se le ocurrió algo y miró a Natalie, —Fue.... ¿Por mi culpa?
Natalie se quedó callada un rato y negó con la cabeza, —No pienses demasiado, no tiene nada que ver contigo.
Tina no entendió y preguntó: —¿Qué acertijo están jugando? ¿Por qué no lo entiendo?
—Nada.
Natalie no siguió con este tema y habló con Bryan de otra cosa.
Se quedaron en la sala alrededor de media hora y luego se fueron, en la entrada del hospital vieron a Leonardo parado junto al coche de Tina, obviamente esperándolas.
Tina tiró de la manga de Natalie y le susurró: —Natalie, el señor Ramos ha venido a verte. ¿Tengo que dejarlos?
—No, hablo con él un rato y nos vamos.
—Entonces yo subo primero al coche.
Natalie se acercó a Leonardo y le dijo, —Señor Ramos, tu comportamiento en este momento me ha causado acoso, espero que no vuelvas a aparecer frente a mí.
Los ojos oscuros de Leonardo estaban llenados