Natalie se despertó después de un día.
Justo cuando tomó conciencia, sintió un dolor en la garganta y no pudo emitir ningún sonido.
—Natalie, ¿estás despierta?
Natalie giró lentamente la cabeza y vio el aspecto barbudo y desordenado de Leonardo.
—¿Te duele algún lugar? Ahora mismo llamo al médico.
El médico se acercó a revisar a Natalie, miró a Leonardo y le dijo: —Señor Ramos, la señorita López está bien. Que descanse y su voz se recuperará en una semana más o menos.
Natalie se incorporó y bebió un poco de agua con la ayuda de Leonardo.
Después de estar completamente despierta, recordó de repente que alguien había entrado y la había salvado antes de que se desmayara.
Como no podía decir nada por la garganta, se apresuró a buscar su teléfono móvil.
Sin embargo, no encontró nada.
Al ver su mirada ansiosa, Leonardo se apresuró a decir: —¿Qué buscas?
Natalie hizo un gesto y Leonardo comprendió inmediatamente que quería su teléfono móvil.
Tras conseguir el móvil de Leonardo, ella buscó inm