Beata estaba tan enfadada que le dolía el corazón, mirando a Natalie con disgusto.
—¡Es por andar con gente de ese tipo que terminas así!
Natalie le sostuvo la mirada, en la cual se llenó una mezcla de indiferente y enojo.
—Lo que yo sea no tiene nada que ver contigo.
Beata gritó como una loca: —Si no hubieras arruinado nuestra colaboración con el Grupo Ramos, ¿crees que vendríamos a buscarte?
Natalie, sin ánimos para seguir discutiendo, llamó directamente a Leonardo.
La llamada se conectó pronto.
—¿Qué pasa? ¿Por qué me llamas de repente?
Natalie se rio fríamente y replicó: —¿No era lo que ya esperabas?
Leonardo se quedó callado unos segundos, y cuando volvió a hablar, su voz bajó un poco. —¿Qué quieres decir con eso?
—Señor Ramos, cancelaste intencionalmente la colaboración con el Grupo López para que la familia López viniera a buscarme y luego me obligara a hablar contigo, ¿o me equivoco?
—¿Dónde estás? ¡Voy para allá!
Natalie respiró profundamente y, conteniendo su furia, pronunció