Capítulo 1648
Pudo ver que Lucía ya no sentía nada por él, que simplemente no quería deberle nada.

Eso le hizo sentirse inexplicablemente decepcionado, pero se esforzó por mantener la calma y dijo sonriendo: —Vale, espero a que me llames.

Lucía asintió y salió del coche, entrando cojeando en el edificio.

Emiliano la observó impotente.

Sabía que la relación entre él y Lucía era cosa del pasado, pero aún así, quería dejar una pequeña huella en su corazón.

Después de marcharse, Emiliano no fue a casa, sino al bar.

Cuando entró en el bar, las luces tenues y la música alta le hicieron olvidar sus problemas por un rato.

Encontró un asiento en una esquina y se sentó, pidió unas cervezas y empezó a beber solo.

Mientras tanto, Indira y su amiga Lilina llegaron al bar.

Charlaban mientras buscaban un asiento adecuado para sentarse.

—Indira, mira, ¿el de la esquina es Emiliano? —Le preguntó confundida Lilina a Indira al ver a Emiliano en la esquina.

Indira siguió su línea de visión, lo reconoció con atención y
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