Leonardo volvió a casa con mucha rabia, la luz de la casa era suave pero no disipó la bruma de su cabeza.
Cuando acababa de entrar en casa, Natalie se acercó y le preguntó.
—Leo, has vuelto. —Natalie dijo en voz baja: —Nora... ¿De verdad no está muerta?
Leonardo se quedó helado y la miró: —¿Cómo lo sabes?
—La gente de la familia Moreno vinieron hace un rato. —Explicó Natalie: —Parece que recibieron noticia y vinieron a buscarte. Supongo que puede tener algo que ver con Nora.
Leonardo asintió, dijo con voz ronca: —Nora no está muerta, pero fue enviada al extranjero por Chloe. —Dijo esto con despiadada.
Al oírlo, Natalie guardó silencio un momento, y de pronto levantó la vista y dijo: —Si no me equivoco, probablemente Chloe se la envió a Álvaro.
—¿Álvaro?—Leonardo frunció el ceño, era posible.
—Álvaro tiene cierto poder en Estados Unidos, y supongo que el poder de la familia Aguilar no llega tan lejos, así que pidió ayuda a Chloe para encontrar a Nora.
Leonardo lo comprendió: —Tienes raz