La voz de Bryan estaba teñida de emoción y regocijo cuando Natalie dijo: —Vale, me alegro mucho.
Al notar que el tono de Natalie era un poco triste, guardó silencio un rato antes de decir: —Natalie, he visto lo que pasó con el Grupo Silva, ¿estás de mal humor ahora? No debería haberte hablado de esto en este momento...
—No, me alegro por ti de que tus piernas estén mejorando.
—Bueno, no te preocupes mucho por el Grupo Silva, ya se solucionará.
—Vale, tengo cosas que hacer, te dejo.
—... De acuerdo.
Colgó Natalie, cogió el documento y se obligó a leerlo.
De repente sonó el móvil.
Al ver que era un mensaje de Mafresa, a Natalie le cambió la cara, lo abrió a toda prisa.
[Natalie, lo siento, me temo que no podré ayudar a mi hermano y a ti...]
Los ojos de Natalie se hundieron y se apresuró a marcar el número de Mafresa, conectó pero no hubo respuesta.
Cuando Natalie llamó por segunda vez, estaba apagado.
Se apresuró a contactar con Leonardo, —Mafresa me envió un mensaje, pero ahora el móvil