Capítulo 1008
Natalie giró la cabeza y vio al culpable que la había cansado tanto inclinado sobre ella y mirándola con una sonrisa.

Ella giró la cabeza sin querer hacerle caso.

Anoche, en el baño, le dijo que no estaba agotada y él siguió sin dejarla en paz.

Al final él se dio por satisfecho y ella estaba demasiado cansada que no podía abrir los ojos.

Leonardo rio, —Natalie, parece que tienes que hacer ejercicio.

Si no, ella estaría demasiado cansada para moverse antes de que él estuviera satisfecho y, a largo plazo, no sería bueno para la armonía de su vida sexual.

Natalie giró la cabeza, le fulminó con la mirada y dijo enfadada: —¿Soy débil? Eres tú quien tiene demasiada energía, debes hacer ejercicios y repartirla un poco para que no me tortures en la cama.

—Si hago ejercicio y duramos más en la cama, estarás más cansada, ¿no?

Natalie: —...

Quedó muda.

No quería hacerle caso a Leonardo, se levantó para bajar de la cama.

Cuando acababa de pisar la manta de cachemira, las piernas le fallaron y cayó
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