Sara respiró profundamente, intentando relajarse antes de abrir la puerta, al hacerlo, se encontró con Ann.
—¡Hola! —dijo con la respiración entrecortada— ¿Y eso?
—Hola, vine a verte, como me comentaste que tu mamá empezó a trabajar por más tiempo, decidí hacerte una visita y traje algunas cosas para comer, mientras conversamos.
—OK, entra. La verdad que cuando llegue a casa, me sentí muy sola. Estaba acostumbrada a encontrarla aquí a esa hora.
—¿Podemos ver alguna película y pedir pizza? —la chica propuso con entusiasmo.
—Sí, estaría genial. —sonrió forzadamente. Sara había estado evitando encuentros a solas con Ann, aún recuerda la última vez que se vieron en el loft donde vivía su amiga y donde ocurrió algo inesperado, su amiga intentó besarla. Aunque luego se excusó diciendo que habían sido los tragos demás, entre ellas se creó un pequeño abismo.
—Vamos a tu habitación —Sara lo dudó por un instante, pero entonces recordó la chaqueta de Ben, sobre su cama.
—¡No! podemos v