Evangelyn miró a su padre que tenía ojos severos sobre ella.
—Padre… ¿Por qué…? —ella quiso reclamarle, Marcus la tomó del brazo
—Vámonos, y hablemos en casa, vámonos, ahora mismo.
Salieron del lugar y subieron al auto que conducía Pablo, durante todo el camino hubo un gran silencio entre los dos.
Evangelyn no podía entender que era lo que pasaba.
Mansión Ford.
Al llegar a la mansión Ford, Evangelyn estaba enfurecida, miró a su padre con ojos llenos de reproche.
—¡¿Puedes explicarme porque mi abuela está encerrada en un sanatorio, abandonada por todos?!
Evana y Natalia bajaban la escalera cuando al fin la escucharon
—¿Qué dices, Evangelyn?
Evana se puso nerviosa
—Como lo oyes, mi abuela está en un sanatorio, abandonada a su suerte, parece que a nadie le importa, ¡Es tu mamá, padre! ¿Cómo has podido abandonarla, yo la cuidaré si ustedes se niegan, han pregonado siempre ser buenos y generosos, ¿Cómo pueden dejar a una pobre anciana sin ayuda?
—¡Basta! No ayudarás a nadie, men