―Si deseas, puedo arreglar todo para que él no vuelva a poner un pie cerca de ti, asegurarme de que conserve su distancia...
La voz de Zander resonó en el restaurante, aquel en donde ellos se encontraban en la zona VIP para no ser molestados; pero Selene, lejos de parecer tranquila con las palabras de él, se mostraba un poco más inquieta.
―¿Qué ocurre? ¿Por qué pareces tan preocupada? —Zander tomó la mano de Selene, aquella que por fin pudo enfocarse en el apuesto hombre frente a ella y, sin siquiera poder contenerse, habló cargada de un miedo.
―No lo sé, solo pienso que mi padre no se quedará así sin más; él buscará una manera de vengarse... —la expresión pensativa de Selene logró hacer que Zander mostrara una expresión un tanto molesta.
Y aunque Selene no sabía la razón, pensó que tal vez se trataba de aquella protección sin falta que Zander le ofrecía, pues esos sentimientos que llegaba a tener por ella la hacían protegerle casi de manera peligrosa.
―Olvídalo, tal vez…
―No puedo ol