Margaret
Llegué al lugar donde trabajaba. Sasha se alegró mucho de verme y me pregunto si me encontraba mejor.
Es cierto que me había pedido la excedencia y eso me alegró. Sasha me dio un formulario que debía rellenar y entregarle a Bryan, mi jefe.
Bryan era un hombre muy guapo, pero no era mi tipo, especialmente porque era mi jefe, y mezclar lo personal con lo laboral no me parecía lo más correcto.
—Margo, me alegra verte —exclamó más que contento—. ¿Cómo estás?
—Bryan, ya me siento mejor y quería regresar al trabajo —traté de sonreír con ganas.
—Eso es genial. La verdad es que empezábamos a echarte de menos —el brillo en sus ojos parecía genuino. ¿Buscaría insinuarse de nuevo?
—Yo también extrañaba esto.
—Sí, bueno… Pero si no te encontrabas bien y necesitabas un descanso…
—Ya me siento bien —dije con voz firme, sabiendo que físicamente me encontraba en excelentes condiciones.
—Genial… Por cierto, me gustaría que nos pusiéramos al día respecto a los nuevos proyectos —de nuevo esa