El trabajo en la cafetería parecía no gustarme tanto ahora, cuando me encontraba trabajando ansiaba estar con Matt. En un principio sentí temor de volver a ese sentimiento que tanto conocía, luego me obligaba a recordar que no era el mismo hombre, podían ser iguales físicamente pero en el interior ambos eran muy diferentes. La madre de Kimberly al notar mi alegría y buen humor no dudó en preguntarme. Aquella mujer siempre había sido buena conmigo, le conté un poco pero no tanto como a su hija.
Se alegró por mí esperando que esta vez las cosas fueran desde el corazón.
Pensaba una y otra vez en la forma de explicarle a mis padres, sabía que mamá estaría algo preocupada por mí, papá no estaría contento con la idea. Ambos podían ser muy sobreprotectores y entendía perfectamente que no quería que su hija saliera herida de