Caminé por la calle con una sonrisa en los labios, pues me sentía feliz.
Haber compartido con mis padres había renovado mis energías y me sentía con mayor vitalidad, aunque me hubiese gustado que se quedaran más tiempo, sabía que ellos debían volver a casa y encargarse de sus cosas, al igual que yo.
Hace unos minutos había terminado mi turno en la tienda y ahora tenía la tarde libre para hacer lo que quisiera, ya que no tenía clases en la Universidad. Por el momento, mi plan era llegar a casa, ponerme el pijama y ver una serie mientras me tomaba una taza de café.
De pronto, mi celular me alertó de una llamada. Busqué el aparato en el bolsillo y contesté inmediatamente al ver que el identificador mostraba que Jack me estaba llamando.
—Hola preciosa, te vi el otro día en un bar de la ciudad y me preguntaba si querías que nos juntemos. Sé que te gusto, y ¿para qué hacerme el tonto? —dijo Jack con un tono seductor que me causó mucha confusión—. Tú también me gustas —susurró muy cerca del