—Vi tus llamadas, pero estaba tan ocupada que olvidé responderte —explicó Luciana, quien realmente no había ignorado a Andrés intencionalmente. Había estado tan absorta con las audiencias que apenas tenía tiempo para algo más.
—Me alegro de que estés bien —respondió Andrés sin reproches.
—Lo estoy.
Alejandro quería decirle algo, pero con tanta gente alrededor no se atrevía. En cambio, soltó con sarcasmo: —¿Una simple asistente puede estar tan ocupada?
Luciana decidió no responder a la provocación y se tragó su orgullo.
Ricardo, parado junto a Alejandro, sintió la hostilidad que emanaba de él y decidió intervenir: —Cunis, ¿por qué no te unes a nosotros?
—Te he dicho que me llames por mi nombre —lo corrigió Luciana una vez más.
—Perdón, es la costumbre. Se me escapa, pero tendré más cuidado —sonrió Ricardo.
—No, gracias. Estoy con unas amigas, diviértanse ustedes —rechazó Luciana tajantemente.
Joaquín, sabiendo que Daniela estaba con Luciana, vio la oportunidad de verla y sugirió: —Todos