—Sabías desde el principio que tus actos iban a lastimar a tu esposa, a tus hijos, a toda tu familia, a tus padres… ¿por qué no hiciste nada antes? ¿Por qué esperaste a que todo se viniera abajo para arrepentirte?

El hombre bajó la cabeza, callado.

—Si hubiera sabido que esto pasaría, no habría hecho ninguna locura.

—Voy a pelear por ti hasta el final. Aun así, tuviste suerte. He visto casos peores —Luciana le dijo eso para asustarlo un poco.

—Una vez tuve un caso de una mujer que se contagió de VIH. Se volvió una completa nihilista, quería vengarse y tuvo relaciones con muchos hombres a propósito. Todos ellos se contagiaron. Fue muy triste, pero si esos hombres hubieran sido más cuidadosos, no habría pasado. ¿No crees?

El hombre se estremeció de miedo.

Ese caso sin duda era peor que el suyo.

Lo peor para él era ir preso, pero al menos no se había enfermado.

Las palabras de Luciana lo hicieron pensar. Afuera hay gente muy peligrosa. Él tiene una esposa, ¿para qué arriesgarse?

El vierne