Allí terminó la visión. Los lobos que allí se encontraban permanecieron en silencio, con un gran sentimiento de haber sido engañados por aquel lobo mentiroso, los susurros se hicieron oir y se acrecentaron. Caín se vio envuelto en aquel gran lío.
- Un Alfa debe lidiar con esto y más, hermano – dijo Lucien en voz alta – las cosas no se tratan de ti, sino de tu manada. El Alfa tiene el deber de proteger a su manada aun pasando por sobre sus intereses. Es suficiente, Caín… esto se acabó. Será mejor que te rindas.
Caín bajó los brazos y volteó; y, por un momento creímos que aquello había llegado hasta allí. Miré a Lucien y le sonreí orgullosa. Sus elocuentes palabras, ayudaron a traer unidad, finalmente. Me distraje por un momento y no me percaté, que Caín había volteado para tomar, por la fuerza, una lanza del brazo de otro lobo y la lanzó justo en mi dirección, dándome directamente en el lado izquierdo de mi cuerpo. Frente a aquel golpe certero, caí desplomada en agonía. Sentí el grito