Volvimos a la casa de la manada Luna Zafiro. Caminé rápidamente hasta mi habitación, pero ellos ya no estaban allí. Pasé al despacho de Lucien, pero él tampoco se encontraba en ese lugar; sobre el escritorio tenía un libro abierto, sobre magias elementales. Volví hasta la sala de estar, casi al mismo tiempo que Violet regresaba del ala contigua de la casa.
- No están aquí, sólo está mi madre recostada, descansando – dijo Violet agitada.
- ¿Qué ocurre? – Preguntó Beth, saliendo desde la cocina.
- ¡Beth! ¿Donde están todos? – pregunté
- Lucien fue con Alan y Darius al bosque… ellos querían conocer la cascada.
- ¿Y Emil? ¿Y Darien?
- En la frontera esperando a recibir a los Alfas.
- Oh… por la diosa – dije tapando mi rostro con mis manos – debemos irnos.
- ¿Qué ocurre? – dijo Beth
- No hay tiempo – replicó Violet tomándola de un brazo.
Salimos rápidamente llevando a Beth, que nos seguía sin comprender.
- ¿Se fueron hace mucho?
- Pues no en realidad… - nos sujeta y se detiene