Francesco apretó el agarre en el volante del auto hasta que los nudillos se le pusieron blancos, las manos le sudaban y estaba nervioso. Inspiró profundo para calmarse, la verdad no le hacía nada bien tener que ver a Allegra.
— Hola…
Escuchó la voz suave de su ex esposa que se acercaba por la ventanilla del piloto. Francesco salió del auto y abrió la puerta para que su hijo también saliera.
— ¡Mami! — El pequeño corrió hasta los brazos de su madre para abrazarla.
— Francesco, ¿Cómo te fue en el recital de la escuela? — Le preguntó mientras lo levantaba en brazos?
— ¡Muy bien mami, papá me aplaudió mucho!
— ¡Qué bien! Me alegra mucho hijo bello, ven, tenemos que despedirnos de papá… — Le dijo caminando hacia el auto para que el pequeño se despidie