El abogado, ante la actitud de Ignacio, cobró confianza y comenzó a enumerar propiedades, además de acciones en empresas nacionales e internacionales.
A medida que hablaba Ignacio iba entendiendo que su esposa estaba muy enterada de sus posesiones, aunque sospechó que su madre tenía mucho que ver, seguramente sacaría una buena tajada de lo que obtuviera Alya divorciándose de él.
–La señora Alya no tiene ningún interés en demorar la disolución del matrimonio, así que mi recomendación es que firme en señal de conformidad y procederé a la redacción de los documentos correspondientes a la repartición de bienes.
–Por lo visto quieres adueñarte de más de la mitad de todo por lo que he trabajado sin descanso durante años.
–Yo te he acompañado y apoyado en cada paso, soporté noches de ausencia solo para que pudieras culminar un proyecto o realizar un viaje donde firmabas acuerdos muy rentables para ti, tengo derechos, merezco disfrutar de todo lo que logras