Hugo miró a Logan e hizo una pausa antes de agarrarlo: —Gracias.
Los dos chocaron las copas y charlaron mientras bebían.
Al cabo de un momento, Logan le miró de repente.
Hugo levantó la vista: —¿Qué pasa?
Kevin contestó: —Hay algo raro en ti hoy.
Logan se ri0.
Estaba de acuerdo con lo que Kevin dijo.
La cara de Hugo no cambió mientras decía con indiferencia: —¿Sí?
Kevin enarcó una ceja: —¿No?
Hugo dio un ligero sorbo a su vino y no dijo nada.
En ese momento, otra persona también se acercó a saludarles.
Cuando esta se fue, Hugo miró la hora, temiendo que Ana tuviera hambre, y estaba a punto de acercarse a Ana cuando las niñas volvieron.
Ana preguntó: —Tío, ¿puedo ir a comer los pasteles de allí?
Ana era alérgica a muchas cosas, y Hugo le dijo: —Siéntate aquí y te lo traigo.
—Bien.
Carolina era diferente, estaba acostumbrada a la libertad, y tenía buena salud, comía lo que quería comer, y cuando fue a por ello, le preguntó a Logan: —Papi, ¿quieres un poco?
Logan le frotó la cabeza: —No,