Adara Santoro
Primeros días de Febrero
Treinta y Siete semanas de embarazo. Eso tiene actualmente y los nervios me estaban comiendo por dentro.
Hace unos días atrás había empezado a sentir las famosas contracciones. Por ahora no eran dolorosas pero si molestan lo suficiente como para hacer que me queje.
Hades estaba teniendo demasiadas reuniones con sus Caporegime. Pasaba poco tiempo en la mansión y durante las noches se dedicaba a trabajar, al parecer la guerra estaba empeorando.
—Estas tenso—le digo a Hades
—Un poco—admite y acaricia mi abultada barriga—. ¿Qué tal todo?
—Mientras me duchaba tuve una contracción—le comentó—no fue dolorosa pero si me molesto un poco.
—¿Segura que no debo llamar al doctor?
—Segura, él mismo dijo que pasaría, además, leí que cuando las contracciones fueran demasiado dolorosas y muy seguidas era necesario ir a un hospital o en nuestro caso recurrir al médico de la familia—le explico
—¿Debemos de esperar a que llores de dolor? Digamos que no eres muy tole