Capitulo 7

Kira Santoro

La puerta de la mansión se abre y alzó la vista de mi juego de té. Papá y mamá llegan de su salida y me pongo de pie para correr hacia ellos.

—¡Papi!—alzo mis brazos

—Hola preciosa—me carga y envuelvo mis brazos en su cuello—. ¿Cómo te has portado?

—Muy bien—sonrio

—¿Para la mami no hay un abrazo?

—¡Mami!—estiro mi brazos hacia ella

Mamá me carga en sus brazos y la abrazo con fuerza, Papá le da una mirada y señala su barriga abultada.

—No pasará nada por un abrazo—besa mi mejilla

Abro mis ojos de golpe sintiendo mis mejillas húmedas. El recuerdo de cuando era una niña me quemaba por dentro.

Extrañaba a mis padres, mis hermanos, tíos y primos. Extrañaba las tardes de cocina con mamá, las tardes de charla con Raven cuando estaba en la mansión.

No veía ya la hora que Jasha se aburría de tenerme aquí y me dejara largarme.

Secó las lágrimas de mi rostro y apoyo mi cabeza contra la pared tratando de ignorar el dolor de mi cuello.

•••••••

Adara Santoro

Terminó de peinar a Bianca mientras esperaba que Hades apareciera por la mansión. Llevaba semanas sin saber nada de mi Kira y ya estaba aterrada de todo lo que podría estar pasando.

—Mami, ¿Cuándo volverá Kira?—pregunta

—No lo se aun mi amor—termino de trenzar su cabello

—La extraño

—Yo también—suspiro

La puerta de la habitación se abre y Hades entra a ella. Lo miro ansiosa por saber algo de Kira.

—Papi—Bianca va abrazarlo

—Hola cariño—Hades la abraza besando su cabello—. Te ves hermosa con una trenza, ¿La hizo mami?

—Si, ¿Te gusta mi vestido?—da una vuelta

—Me encanta, te ves como toda una reina—le dice Hades

—Soy una princesa papi, reina es mami—le dice Bianca y sonrio un poco

—Eso es cierto—sonrie un poco Hades

—¿Sabes algo?—le pregunto

Hades me mira y niega lentamente. Bianca es cargada por el.

—Envié a mis hombres en su búsqueda por las regiones de Italia—informa

—¿Si no está en Italia Hades?—inquiero

—Nadie más que en Italia se sabía del matrimonio de Kira en Los Ángeles

—Papá, ¿Podemos ir este Sábado a la tienda de princesas? Habrá una fiesta y a Lia la llevaran.

—Si no estoy ocupado puedo llevarte pero si no podría llevarte mami e ir con tu prima

Bianca asiente complacida y sonrió un poco.

•••••••••

Kira Santoro

La luz filtrada en la habitación me hace quejarme y abro los ojos pesadamente. Mi cuello dolía por él estar durmiendo tantos días sentada y mi trasero apenas lo sentía.

—Despierta princesita—canturrea Jasha

—¿Otra vez acá?—bufo

—Si no viniera te morirías—aclara. Lo veo arrodillarse frente a mi y sonreír de lado

—¿Buen humor?

—Así es—admite

—Eso es raro—murmuro—seguramente alguna prostituta dejo que la follaras al fin.

—Si así fuera no debería de importante—sonrie de lado—. Bueno, ten—deja una botella de agua y un sándwich, esta vez parecía adecuado para ser comido.

Moria de hambre, no sabía cuánto más aguantaría sin comer y no quería morir aquí así que por esta vez acepté comerlo sin importar el que tuviera.

Bebo agua aliviando un poco lo seca que tenía la garganta, el sándwich no alivió el hambre pero sabía que podía tolerar un poco más.

—Al parecer estas hambrienta—comenta

—Es lo único que he comido—le recuerdo

—Podrías haber comido más si no hubieras lanzado el sándwich pasado—me recuerda

—¿Comer sobras? Mejor dale eso a otras personas

—Siento decirte princesita que el banquete no llega a estos lugares—se endereza—. Arriba que te darás una ducha.

Me pongo de pie con dificultad y me mareo un poco provocando que me pegue a la pared buscando estabilidad. Jasha me mira fijamente y luego de unos segundos ambos salimos del lugar donde me tenía encerrada.

Volviendo al baño noté que estaba más pálida que antes, las ojeras eran más notorias y mis labios estaban resecos y pálidos. Me doy una ducha sacando el polvo de mi cuerpo y el olor a humedad. Jasha me vuelve a entregar ropa vieja pero al menos limpia para utilizarla. Cepille mi cabello con mis dedos y encontré un cepillo de dientes aun sellado en su caja para utilizar.

Saliendo del baño Jasha me esperaba en la sala apoyado contra un sucio y viejo mueble. Me acerco y cruzo mis brazos sobre mi pecho.

—¿Y bien?

—Tienes la suerte que estoy de buen humor princesita—sonrie de lado—. Donde estamos es un lugar abandonado donde no suele llegar nadie en unos ¿Cinco a seis meses?—duda—bueno, el caso es que se que nadie va ayudarte para llegar nuevamente a Italia—ruedo mis ojos—así que puedes quedarte en el interior de la casa sin problema—mira a su alrededor—hay comida enlatada, cosas para cocinar y suficiente agua para vivir tranquilamente unos buenos meses, aunque claro no puedes salir.

—¿Por qué no?

—Porque eres hija de Hades—suelta—y de Adara. Tu madre huyó dos veces de Rusia, si ella fue capaz no dudo que su propia hija lo sea y más aún que tiene el carácter del padre.

—Mi madre nunca huyó de Rusia—le dejo en claro—ella se casó con mi padre por matrimonio arreglado.

Jasha me mira fijamente y luego de unos segundos asiente lentamente.

—Bueno, aun así tienes prohibido salir y créeme que sabré si lo haces—señala las esquinas de la sala—hay cámaras tanto fuera de la casa como en su interior.

—¿En el baño también?—me aterro. Nadie más había visto desnuda, no desde que empecé hacer mis cosas por mi misma

—No—responde calmandome—pero en el baño la ventana es pequeña, solo el cuerpo de un niño menor a cinco años entraría por ahí, así que no hay escapatoria por ese baño.

—Hay un precio—aseguro

—No por ahora princesita—asegura dándome una mirada—. Bueno, suerte—abandona la casa dejándome nuevamente sola en ella y muerdo mi labio inferior.

Camino hacia una de las puertas cerradas y al abrirla era una pequeña habitación, tenía una especie de cama y dudaba si toleraba el peso de una persona. Las ventanas estaban selladas provocando que el olor a polvo, encierro y humedad estuviera instalado en la habitación. Abro el armario de madera dejando ver la poca ropa que había.

No era exactamente lo mejor pero me conformaba con tener algo que pudiera abrigarme en cierto casos. Me siento en la cama algo temerosa y me sorprendo al verla que estaba estable para dormir y estar tumbada unas buenas horas. El colchón no estaba de lo mejor pero no podía quejarme, era mejor que dormir sentada.

Al revisar la despensa de la cocina había comida enlatada y a la vez para preparar. No moriría de hambre ahora. En la nevera había botellas de agua y algo de leche, así que podía sobrevivir al menos un buen tiempo.

Me siento en el sofá y miro a mi alrededor sin mucho ánimo. Debía de hacer una buena limpieza porque el olor a polvo me tenía colapsada y ya no lo toleraba, pero eso ya lo haría mañana.

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