—Conoció a tu prima —murmuró Max.
Walter levantó las cejas.
Irene era hermosa, pero no le llegaba ni a los talones a Judy. También era extraño que el lobo de Ethan estuviera voluntariamente con Irene cuando su pareja destinada estuvo ahí todo el tiempo.
—Eso no tiene ningún sentido —le dijo Walter, negando con la cabeza.
—Yo tampoco lo entiendo —coincidió Max—. Pero conoció a Irene y lo siguiente que todos supieron es que le estaba proponiendo matrimonio.
—¿No pudiste averiguar la razón?
—No hay nada documentado al respecto —le respondió Max—. Así que, si hay un motivo, lo está manteniendo en secreto.
El ceño de Walter se profundizó y frunció el rostro. No necesitaba que Max le dijera la razón detrás de los motivos de Ethan, él ya lo sabía. Era obvio, Irene era la hija de Gavin Landry, el presidente Lycan más poderoso del mundo. Ethan quería convertirse en un Alfa y la mejor manera de lograrlo era llegar a Gavin a través de su hija.
¿Pero dejar a su pareja destinada por algo así?
Le re