Punto de Vista de Judy
Selene volvió a corregirme los hombros, por cuarta vez.
—La cabeza arriba, pero sin parecer arrogante —dijo, guiándome el mentón con dos dedos—. Reclama el espacio, no lo pidas. Tu manada no puede verte como alguien débil.
Intenté obedecerla, aunque la postura me resultaba incómoda. Su método se sentía anticuado, casi rígido. No estaba segura de como reaccionaría la manada si yo “reclamaba” espacio, pero Selene hablaba con una seguridad que descolocaba; lo extraño era que técnicamente ni siquiera era una Luna. Aunque su compañero tenía sangre de Alfa y Licántropo, hacía años que ambos habían renunciado al sistema porque no querían liderar ni ser liderados.
No obstante, si lo pensaba bien, Zachary y Selene sí supervisaban un pequeño grupo que también había abandonado el sistema... solo que no eran lo suficientemente temerarios como para volverse renegados por completo.
Sin éxito, intenté relajar la mandíbula,. El piso pulido del salón me devolvía un reflejo de cad