Rune Montenegro
Al entrar a mi hogar, fui recibido por la alegre sinfonía de las risas de mis pequeños y mi perro corriendo detrás de mi hija. Al llegar, me deshice del saco con un suspiro de alivio, sintiendo mis pies cansados y mi mente un poco confusa por la agitación del día.
—¡Papá! — gritó Dariana
El perro se dirigió hacia mí junto a Dariana, sacando la lengua y moviendo la cola con felicidad, mientras Derrick estaba absorto en sus trenes. A pesar de ser joven, logramos obtener clases privadas para que estuviera preparado para ser ingeniero ferrocaril.
Eloise se aproximó con una amplia sonrisa que llenaba de luz la habitación. Recibí un tierno beso de su parte, tal como solía hacer al final de un día agotador cada vez que llegaba.
—Vaya cara, parece que estas listo para morirte ¿Cómo te fue? —acariciaba suavemente mi mejilla algo que me saco una sonrisa.
— Me siento un poco fatigado. — Admití, aliviando la tensión de mis doloridos hombros. —Jamás pensé que tendríamos que com