32. La noche acababa de empezar
La noche había llegado, había llegado al lugar donde había acordado encontrarme con el. El lugar donde me aguardaban resultó ser un auténtico Edén de refinamiento y distinción. Al atravesar las puertas, se presentaba frente a mí un escenario lujoso y encantador. Cada pequeño detalle se ve resaltado por las delicadas luces doradas, ya sea las elegantes mesas de mármol brillante o los relucientes candelabros de cristal que penden del techo como deslumbrantes joyas.
Contempla cómo la elegancia y el lujo del sitio se hacen presentes en todos los rincones. Los invitados, con trajes de gala, gozan de sus cenas en un entorno que parece salido de una fantasía. En las paredes hay cuadros de estilo impresionista, mientras que las ventanas muestran una panorámica de la ciudad, con sus luces resplandeciendo en la lejanía como astros citadinos.
Los meseros, con una elegancia excepcional, se desplazan con destreza por el salón, presentando platos que son auténticas creaciones culinarias. La melodía